
Actualizado el domingo, 12 enero, 2020
La muralla de Tulum y el Templo del Dios del Viento
El inicio de la visita a Tulum se realiza visitando la muralla y el templo del Dios del viento. Son estructuras propias de su caracter defensivo y estratégico aunque conservan un importante significado ceremonial.
La Muralla
La muralla de Tulum de la que toma su nombre la ciudad (aunque no es el nombre original sino el que le dieron los españoles tras la conquista) delimita al conjunto arqueológico por sus lados norte, sur y oeste, ya que el lado oriental mira directamente al mar Caribe.
Cuenta con cinco accesos y dos torres de vigilancia, que dan cuenta del grado de control que en su momento se ejerció contra todos aquellos que pretendían entrar en esta zona. Mide unos 450 metros de norte a sur y cerca de 150 metros de este a oeste. Además contaba con algunas calles que la unían directamente con los bosques del extrarradio.
Esta muralla delimitaba el núcleo principal de la ciudad, es decir, el político y el ceremonial, y alrededor de ella había un enorme número de casas construidas en madera y paja, donde vivían los habitantes de la ciudad y de las que hoy no se conservan apenas nada.
El templo del Dios del Viento
Este templo forma parte del denominado Grupo de Kukulcán, ubicado justo al norte de El Castillo. Este grupo está conformado por una serie de estructuras menores entre las que destaca el Templo del Dios del Viento. Se le llama así por la redondez de su basamento, sin esquinas, y tradicionalmente se le ha relacionado con el dios maya Kukulcán como dios de los vientos o con Ehecatl, la deidad equivalente del centro de México.
Al Dios del Viento se le relacionaba con los cuatro puntos cardinales, porque el viento sopla en todas direcciones. De ahí que sus templos tuvieran forma cilíndrica, con el fin de ofrecer menos resistencia al viento.
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